miércoles, 20 de julio de 2016

Taller de expresión oral y escrita: materiales para primera entrega escrita

A partir de lo escrito, conversado y leído en los encuentros del taller, así como del texto Sentido mágico de la palabra de Ángel Rosenblat, reflexiona en un ensayo sobre la frase de Stephane Mallarmé: "la poesía no se hace con ideas, se hace con palabras".
Apoya tu reflexión con la lectura de los siguientes poemas:

Fracaso

Cuanto he tomado por victoria es sólo humo.
Fracaso, lenguaje del fondo, pista de otro espacio más exigente, difícil de entreleer es tu letra.
Cuando ponías tu marca en mi frente, jamás pensé en el mensaje que traías,
más precioso que todos los triunfos.
Tu llameante rostro me ha perseguido y yo no supe que era para salvarme.
Por mi bien me has relegado a los rincones, me negaste fáciles éxitos, me has quitado salidas.
Era a mí a quien querías defender no otorgándome brillo.
De puro amor por mí has manejado el vacío que tantas noches me ha hecho hablar afiebrado a una ausente.
Por protegerme cediste el paso a otros, has hecho que una mujer prefiera a alguien más resuelto,
me desplazaste de oficios suicidas.
Tú siempre has venido al quite.
Sí, tu cuerpo, escupido, odioso, me ha recibido en mi más pura forma para entregarme
a la nitidez del desierto.
Por locura te maldije, te he maltratado, blasfemé contra ti.
Tú no existes.
Has sido inventado por la delirante soberbia.
¡Cuánto te debo!
Me levantaste a un nuevo rango limpiándome con una esponja áspera, lanzándome a mi verdadero campo de
batalla, cediéndome las armas que el triunfo abandona.
Me has conducido de la mano a la única agua que me refleja.
Por ti yo no conozco la angustia de representar un papel, mantenerme a la fuerza en un escalón,
trepar con esfuerzos propios, reñir por jerarquías, inflarme hasta reventar.
Me has hecho humilde, silencioso y rebelde.
Yo no te canto por lo que eres, sino por lo que no me has dejado ser. Por no darme otra vida.
Por haberme ceñido.
Me has brindado sólo desnudez.
Cierto que me enseñaste con dureza ¡y tú mismo traías el cauterio!, pero también
me diste la alegría de no temerte.
Gracias por quitarme espesor a cambio de una letra gruesa.
Gracias a ti que me has privado de hinchazones.
Gracias por la riqueza a que me has obligado.
Gracias por construir con barro mi morada.
Gracias por apartarme.
Gracias.

(de Rafael Cadenas, en Falsas maniobras, 1966)


Máscaras 

He aquí que existimos en el límite de la mentira
Que nuestra vida es impalpable
Que estas personas representadas pertenecen
A un dueño de otro orden.
Cumplimos cabalmente en escena
Ante el gran público. Así recreamos bajo los astros
Y acudimos a una cita en los vientos
Saliendo al paso de nuestras fiestas.
Nuestro corazón está prestado a otros personajes,
Murmuramos un sueño y nuestros labios no son responsables,
Somos bellos o nobles según la circunstancia.
Nos asalta un delirio azaroso
Y caemos en los escenarios bajo una voluntad extraña.
Y no tenemos vida,
Pues andamos sobre ruedas en un país desconocido
Cuyas flores nos interesan de manera frívola
Y cuyas mujeres nos aman en alcobas de falsedad.
Producimos un fuego y su corazón azul
Crepita con más fuerza que el nuestro
En tanto arden los leños a la manera de sangre.
Nos permitimos ser extraños. Falsos.
Llevar una emoción no sincera.
Mientras andamos, desterramos de nuestro cuerpo
En un interminable paseo.

(de Ramón Palomares, en El Reino, 1958)


Poeta expósito   

Me dejaron solo a la puerta del mundo,
poeta expósito cantándome a mí mismo,
un día de otoño, hace ya mucho tiempo.
De un golpe seco me arrancaron a la nada,
tronchado de raíz,
con dos ojos abiertos y un grito,
el hondo grito de quien soñó ser pájaro
y no trajo las alas para el vuelo.
Me fui rodeando del misterio terrestre
donde aún no se si vivo o sueño,
si al fin la muerte vendrá en un torbellino
que me arroje mañana ante otra puerta.
No adivino mi origen, mi futuro,
aunque por sangre soy fiel a las palabras
y puedo jurar que cuanto escribo
proviene como yo de algo muy lejos.
Poeta expósito, errando a la intemperie,
mi único padre es el deseo
y mi madre la angustia del huérfano en la tierra.

(de Eugenio Montejo, en Trópico absoluto, 1982)

2 comentarios:

  1. Buenas profesor mis compañeras y yo nos preguntábamos si el ensayo debía venir en tres cuartillas o tres párrafos?

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    1. Hasta donde se viene en tres párrafos... Inicio o antesala, desarrollo y conclusión . pero todavía esta la pregunta.

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