lunes, 11 de mayo de 2015

"El sueño", de Juan Vicente González

«El sueño de Juan Vicente González empieza por ubicar la acción en una situación histórica concreta, la asistencia del autor a una sesión, en la vaga fecha de “la noche del 31”, a la Cámara de representantes, donde contempla cómo destruyen la imagen de Bolívar (...) De inmediato se produce el “éxtasis”, el sueño delirante, y comienzan las visiones. Estamos ante la más clara caracterización del torturado poeta romántico. La primera visión es la de una humilde tumba que presenta, en pequeñas letras, el nombre del “Héroe de Suramérica”. Es decir, el contraste entre la grandeza del fallecido y la humildad del sepulcro olvidado.
El ambiente que envuelve la escena está lleno de claros signos románticos: “Qué confusión de sentimientos! ¿El padre de tres Repúblicas abandonado en el desierto! El bramido distante de las olas que azotaban las playas, la luz fúnebre de la luna que medio alumbraba el sepulcro, el silbido del viento que se extendía por todas partes, y que hacía caer de cuando en cuando algunas hojas secas, símbolo de la fugacidad de nuestra dicha, todo esto llenaba mi alma de una melancolía profunda, inexplicable".
Aparece entonces ante los ojos del poeta un apocalíptico fantasma, que es descrito con todos los signos del terror: escorpiones, sangre negra, serpiente. Es la alegoría de la anarquía, el gran fantasma persecutor de Bolívar, su obsesión. El “yo romántico” del poeta brota en exclamación tan subjetiva como esta: “su aspecto era mil veces más horrible que la muerte y que los sueños de un alma atribuada”
La Anarquía entonces habla, se dirige a Bolívar, increpándolo, en un inflamado discurso, tipificado por la simbología romántica: “Nada -dice-, nada quede de Bolívar: me cubrió de horror y de vergüenza, me arrojó cien veces de la arena de mi triunfo. Nada... me arrebataste un mundo y me has tenido encadenado. ¿Y aún ejerces ese formidable poder? ¡Qué! ¿No podré llegar a esa tumba? ¿Cuál deidad  pretende librarte de mis furores?...”. “...Sí, Héroe, Libertador, o como te llaman... hollaré tu sepulcro, saciaré mi furor sobre tu frente dominadora; el fuego de mis propias manos abrasará tus huesos y consumirá tus cenizas!"»

Del Rosario Jiménez, María y de Carrera, Pilar Almoina. Más allá de la escritura: la literatura oral : sobre textos de la tierra inédita. Caracas: Fondo Editorial FHE-UCV, 2001.

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